sábado, 10 de abril de 2010

kumbia queers en la parrilla de villa urquiza por Miriam Maidana




Las invitaciones para el evento fueron llegando por los medios habituales: facebook, fotolog, mail, texto.Kumbia Queers volvía a poner en marcha esa maquinaria artesanal, tan perfumada en los 80´s y 90´s de sótanos, zines, grescas, borracheras y pedales perdidos. La cita era en la parrilla a la vuelta de la sala de ensayo de años, Av. De Los Incas, a 3 cuadras de Alvarez Thomas.
No tiene el sitio pretensión de convertirse en el nuevo Parakultural, ni ser el antro infecto que supo ser Die Schule, ni siquiera ese bar de la esquina de Palermo que apenas bajada la escalera al sótano abría las puertas a la humareda y al punk tan mal tocado como bien sudado. No. Aquí estamos en la vereda de una parrilla donde el barrio puede degustar menú libre por $ 30 y $ 12 la cerveza de litro, fría y de marca.Lo único que habían cambiado para la ocasión eran los vasos: compraron de plástico.El resto, igual.Apenas arribados la única cabellera visible era la de Patricia: abrazos, besos y a contarnos en quince minutos los últimos dos meses de nuestra vida. A un costado Diego, el asistente todo terreno, controlaba los detalles e informaba que no, que el ventilador de techo no podría prenderse so riesgo de que el metro setenta y largo de Juana Chang se redujera a costa de su cabeza, lo que sería imperdonable porque además de charango y baile la chica canta. Lindo canta. Muy personal canta. Y la cabeza contiene la boca, así que no, descartado el ventilador, olvidate, sudaremos al son del ritmo y a lo sumo tendremos que beber un poco más de la cuenta...pero como dije antes, la cerveza a buen precio, de buena marca y fría...amerita, olvidate, amerita...El escenario había sido decorado para la ocasión porque entiendan que las Kumbia son un espectáculo integral y cuidan todos los detalles hasta en una parrilla: las magníficas maracas simil salamines y cajas de tetrabrick, las guirnaldas, luces de colores, eso que ha hecho que muchos de nosotros vibremos con parte de la cultura de pueblos, esa de patios, esa de corridos, esa de “Café con aroma de mujer”, esa de arepas, esa de calor extremo, esa de caderas que chocan entre sí, esa de patio de casa de barrio alejado que retrata Policías en Acción o las películas de Trapero. Va llegando la gente y van llegando las Kumbia Queers: Ali enseguida se hace cargo de las bandejas, se ve que adora su alter ego dj. La goza, la suda, ríe con ganas Ali. Juana se hace una parada para beber una cervecita y a borbotones nos cuenta de su crisis con la guitarra –y con su carrera solista- que irá a pensar a Uruguay, pero antes irá a Colombia, pero antes, hoy, lucirá su ya infaltable vincha (Looser), unos anteojos ochentosos muy Johnny Tolengo (un poco más pequeños de tamaño) y una sombrilla en la cabeza. Calza Chang, short Chang, rubia Chang...para mi gusto la cantautora más personal del país: sin tanta prensa, un tanto más tóxica, con algo mucho más punk que la música: el humor. La chica maneja el humor como pocos. Con ella misma y con el mundo. Lo femenino de la denuncia (escuchen su disco solista “El camino del Indie”), el forzamiento visual al máximo (fucsia, amarillo, verde, vincha de cuernitos rojos que se prenden y apagan, casi un metro ochenta...) y lo masculino del bar. Hay sesión de fotos en la vereda para no sé quien (aunque los equipos indican que será una publicación con dinero) y Pilar –sombrero y camisa a cuadros, con 40 grados bajo el toldo- propone “hacer un trencito”. Pilar ya no es la niñita inquieta que gritaba ásperamente y renegaba de su clase mezclada con toda clase de personajes oscuros de los 80´s y sin embargo se le parece mucho: tiene algunos años más pero ha sostenido no sólo la guitarra sino la actitud. Inés tiene un perfil más bajo, algo que la sindicaliza con sus pares bateristas, y Florencia en los teclados completa la formación.
Un show anunciado a las 00.00, mensajeado como “1.30 tocamos” comienza 2.30 hs. Cuesta dejar la vereda, la cerveza, la charla y los 40º grados.Adentro hará ¿60º? Al comienzo no sé, pero con el estribillo de Daniela (hit absoluto) quedo delante de Ali Gua Gua, que luce un collar de ristra de chorizos...auténticos!!! Lo que no sería nada si no fuera que –a pedido de parte de los asistentes- comienza a arrojar de a uno los tradicionales chori al numeroso público presente (parrilla llena, sold out!) y l@s pibit@s delante mío se hacen con dos trofeos frescos y comienzan a preguntarse entre ell@s que carajo hacen con dos chorizos frescos en la mano, una botella de vino y un par de cervezas? Una linda muchacha los guarda en su cartera, otros chorizos comienzan a deshacerse en el piso, sigue la fiesta Robert Smith! Pasan los temas del próximo disco que sí, sí, ya está grabado, masterizado, mezclado y es esperado con ansias. Pasan muchos temas, muchas cervezas y en un momento observo que el cuerpo de
Pasan muchos temas, muchas cervezas y en un momento observo que el cuerpo de Pat despide sudor: baila Pat, sacude su abundante cabellera y con la iluminación de colores se forma un festival de miles de gotitas que van a caer a otros cuerpos igualmente húmedos. Ali, Juana y Pilar ya están en corpiño, sigue llegando gente, dos pibes en moto –tendrían...14 años?- intentan entrar sin pagar: “Pero si están tocando cumbia, che”, un vecino de unos 60 años aplaude en la puerta, algunos autos paran a ver que pasa y adentro Ali se desmadra y vuelan los chorizos, los salamines maracas y los tetra de plástico. Un grupito que ha venido de Ezpeleta (entiendan que estamos en Va. Urquiza) toma el micrófono para que las chicas puedan tomar cerveza y cantan: “Nosotros somos los pibes de Ezpeleta, nos gusta la birra y también el tetra, hacemos pogo y nos queremos divertir, nos hacemos los punkies....pero escuchamos Kumbia Queers!” y yo pienso que esas bandas que tocan para 60.000 personas ponele se pierden de conocer estos detalles de sus seguidores, que cuando termina el show se quedarán en la vereda y serán testigos del skate de vereda que protagoniza Juana con sus Vans, “Putas Vans que no paran la caída...”, de la tienda casera de Pat –que agota su humilde stock de diez CD´s de Kumbia Queers en minutos apenas-, de algun@s chic@s que no han podido verlas antes y se llevan sus autógrafos y que tal vez hayan pasado el domingo escuchando el disco, de los abrazos con los amigos, de otras muchas
de la tienda casera de Pat –que agota su humilde stock de diez CD´s de Kumbia Queers en minutos apenas-, de algun@s chic@s que no han podido verlas antes y se llevan sus autógrafos y que tal vez hayan pasado el domingo escuchando el disco, de los abrazos con los amigos, de otras muchas rondas de cerveza, de l@s chic@s del vino tinto y la copa de vidrio que están durmiendo tirad@s en la vereda, de la policía que pasa a “conversar” con el dueño y se va, del mexican amigo de Ali con camisa plateada y botas, de las fotos caseras, de los buenos augurios porque este año sale el próximo disco y ojalá en vez de que nos atronen el cerebro con el tema de Macano los auriculares disparen el nuevo disco de las Kumbia y sea Colombia y sea Rusia y sea el mundo y puedan de una puta vez pagar el alquiler, las tarjetas de celulares y el abono de internet, ojalá Macriciudad y Sciolidescontrol y cada provincia y sitio donde suene música pueda gozar con las Kumbia Queers, ojalá Ozzy las invite a hacer Chica de metal y Robert Smith las reciba de visita en Inglaterra, ojalá tengan más fans en Rusia que Natalia Oreiro y Andrea del Boca y así, cada tanto, ojalá hagan estos shows choriceros, cerveceros, de barrio, de pueblo, coloridos, gozados, amados.Pat nos decía, mientras chorreaba sudor “Me encanta tocar transpirada”.Pilar lo sintetizó en el abrazo de despedida: “A mí me gusta tocar así, a mi me gusta tocar así....”,
Salud a los amigos!
Miriam

1 comentario:

  1. A MOVER LOS CHINCHUUUUU!!!
    ARRRRRIBAAAA KUMBIANCHERAS!!!!

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